Brett Heintzman

Brett Heintzman

Director de Comunicaciones de Luz y Vida

Brett Heintzman es el editor de Luz y vida en su rol de director de Comunicaciones de la Iglesia metodista libre – EE. UU., en la cual se desempeña como subdirector del Ministerio Nacional de Oración. Visita freemethodistbooks.com para adquirir sus libros: “Becoming a Person of Prayer”, “Holy People”, “Jericho: Your Journey to Deliverance and Freedom” y “The Crossroads: Asking for the Ancient Paths”.

por Brett Heintzman

Cuanto menos dispuestas a aprender estén las personas, menos colaborarán con los demás. Sin embargo, aquellos con espíritus maleables y dispuestos a aprender son abiertos, humildes y sensibles a las ideas y los pensamientos de los demás. No solo son abiertos, sino que están ansiosos por oír, aprender y cambiar.

Al pensar en la Colaboración Intercultural como uno de nuestros valores metodistas libres, probablemente sea bueno admitir que todavía no hemos llegado a ese punto. Incluso podría decir con seguridad que algunos de nosotros no hemos comenzado el viaje en esa dirección.

¿Alguno de ustedes es demasiado exigente? Levante la mano. Admito que la mía está levantada. A los que nos enfocamos demasiado la exigencia y la productividad nos gusta que las cosas se hagan. No hay tiempo que perder ni minutos libres. Todo tiene que lograrse ahora. La colaboración requiere paciencia, y a nosotros, los exigentes, a menudo nos falta esa cualidad. Pero no solo los exigentes carecemos de paciencia para la colaboración. Hay quienes se apoyan en su propia comprensión y confían en su propia base de intelecto y conocimiento sobre los demás. Saben lo que saben y no quieren molestarse en examinar las opiniones de los demás.

Pero ¿acaso el exceso de exigencia y el exceso de confianza en uno mismo no son formas de orgullo? ¿Qué pasa si una persona muy segura de sí misma está sentada en una mesa con alguien que es bastante diferente? La otra persona ofrece una nueva perspectiva, idea, pensamiento, método o definición. ¿Qué pasa si se produce un choque o un desafío entre esos dos pensamientos? O, Dios no lo quiera, ¿qué pasa si descubrimos que nos equivocamos? ¿Entonces qué? ¡La colaboración puede parecer nada más que una intromisión frívola!

Nos sentimos más seguros cuando enseñamos, pero somos mucho más útiles para los demás cuando estamos dispuestos a aprender.

Amigos, tenemos múltiples obstáculos delante de nosotros, impidiéndonos incluso sentarnos en mesas de liderazgo con hermanas y hermanos dotados y ungidos de todo el mundo que tienen mucho que enseñarnos. Mis momentos más formativos en mi vida de ministerio han tenido lugar cuando viajé fuera de los EE. UU. y experimenté lo que era salir de mi zona de confort o, mejor dicho, mi zona de control.

Para que la Iglesia metodista libre – EE. UU. abrace la Colaboración Intercultural, vamos a tener que salir de nuestros cómodos lugares de control, experiencia, exceso de exigencia y orgullo. De hecho, necesitamos un espíritu dispuesto a aprender.

En cada pueblo, ciudad o aldea donde una iglesia metodista libre adora, hay diferentes culturas. Sí, puede que no tengan culturas globales diferentes, pero su ciudad natal tiene numerosas subculturas. ¿Tu o tu iglesia han colaborado con una agencia gubernamental para satisfacer una necesidad? Espera, ¿crees que dirán que no? Al contrario, vivimos en una época en la que hay más oportunidades de las que imaginas. ¿Has creado una mesa de diálogo e invitado a otros a escuchar, compartir, soñar y aprender unos de otros? A menudo, cometemos el error de anticiparnos a las respuestas de los demás antes de preguntar. Es una forma de autoprotección.

Una vez me senté en una reunión de personal en nuestro hospital del condado. En la sala estaban el director del ala de abuso de sustancias y una serie de consejeros y personal médico que apoyaban el trabajo. Yo estaba allí para compartir acerca de un programa de recuperación centrado en Cristo que un grupo local de iglesias promovió en nuestra ciudad para hacer frente a una creciente crisis de drogas. El hospital aceptó la financiación del gobierno y no era una organización de base cristiana. Compartí videoclips que hablaban abiertamente sobre Cristo. Compartí muestras de materiales. Expliqué el proceso y compartí cómo los pastores locales enseñaban y trabajaban con las queridas personas a su cuidado. Al final de mi presentación, el director preguntó: “¿Cuándo empezamos?”.

¿Tienes un espíritu dispuesto a aprender? ¿Estás listo para colaborar con diferentes culturas, subculturas o incluso naciones? ¿Cuál es tu siguiente paso para mejorar en tu disposición a aprender?

Permítanme sugerir que todos oremos y pidamos a Dios un espíritu dispuesto a aprender, una mente abierta, un corazón abierto y manos abiertas. Pregúntele a Él a quién puedes acudir en tu comunidad para fomentar la colaboración y ser más fructíferos.

¡Puedes hacerlo! Todos podemos.

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Brett Heintzman

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Director de Comunicaciones de Luz y Vida

Brett Heintzman es el editor de Luz y vida en su rol de director de Comunicaciones de la Iglesia metodista libre – EE. UU., en la cual se desempeña como subdirector del Ministerio Nacional de Oración. Visita freemethodistbooks.com para adquirir sus libros: “Becoming a Person of Prayer”, “Holy People”, “Jericho: Your Journey to Deliverance and Freedom” y “The Crossroads: Asking for the Ancient Paths”.