Javier Quintana

Javier Quintana

Pastor

Javier Quintana es el pastor principal de MAPS (Ministerio Apostolico Plantio Del Señor) en St. Louis, Missouri, y Solid Rock Community Church en Pontoon Beach, Illinois. También se desempeña como miembro de la Junta de Administración de la Iglesia Metodista Libre de EE. UU.

por Javier Quintana

Hazte estas preguntas e intenta responder con la mayor sinceridad posible: ¿Has sentido en algún momento que no puedes dar un paso más? ¿Sientes que no hay remedio a tu situación? ¿Has sentido que todo se ha complicado tanto que no deseas continuar? ¿Cuántas veces llegan otras personas a traerte sus problemas y añadirte cargas adicionales?

La cantidad de personas cristianas que sufre de descontento, ansiedad, enojo y desesperación es alarmante.  Al compartir este tema me di cuenta de que la mayoría de los cristianos no descansan su alma. Pareciera que hemos olvidado que Jesús ofrece alivio a nuestra alma. Jesús nos ofrece descanso verdadero: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (Mateo 11: 28 RVR1960).

Este versículo bíblico puede referirse a aquellos que se sienten cansados de vivir oprimidos por su propio pecado. He utilizado este versículo para mensajes evangelísticos con el propósito de guiar a alguien hacia Cristo. Pero veamos el mensaje de Mateo 11:28 dirigido hacia nosotros los cristianos.  

Creo que la persona que esta “trabajada” y “cargada” es similar a una persona que ha sido golpeada. No solo golpeada una vez, sino que ha sido golpeada una y otra vez sin recibir alivio.

Jim Berg escribió el libro “Calmando un alma ruidosa” y a la guía de estudio “Tomando tiempo para calmar tu alma”.  Esta guía llego a mi cuando mas la necesite y me ayudo a ser honesto conmigo mismo y con Dios.

No sé cuántos se pueden identificar conmigo, pero personalmente he sufrido con ruidos en medio de mi oración. Mientras trato de orar llegan pensamientos que estorban el orden de mi conversación con Dios. La guía de estudio explica que el ruido se produce al crearse un disturbio. Dice que el ruido en la esfera física consiste en ondas sonoras, mientras que los ruidos del alma consisten en pensamientos.

Existe una diferencia entre un ruido y un sonido. Un sonido puede ser un conjunto de notas que al unirlas crean una melodía agradable. Sin embargo, un ruido causa distorsión y provoca un sentido desagradable al escucharlo. No es lo mismo escuchar como un violín crea una melodía con la cual se podría hasta dormir, que escuchar el volar de un mosquito cerca a nuestro oído. Existe una gran diferencia.

Algo similar sucede en nuestra alma. Es muy difícil lograr concentrarnos con tantas interrupciones causadas por el ruido en nuestra alma. Es difícil aun escuchar la voz de Dios. Nuestra oración puede ser interrumpida frecuentemente por otros pensamientos. Pienso que todos hemos estado en un lugar donde nuestro celular simplemente no tiene buena recepción. A veces es preferible concluir la llamada antes de lidiar con una comunicación intermitente. Hay momentos que escuchamos tanto ruido y la comunicación con Dios se vuelve ineficaz.

Jesucristo utilizo dos palabras importantes en Mateo 11:28-30. La primera fue “trabajado” que es equivalente a labor, cansancio, azotado, molido, rendido, arrastrado o abatido. La segunda palabra fue “agobiado” que significa fatigado, exhausto, oprimido o molesto.

La guía de estudio hace más preguntas como: ¿” qué ruidos turban tu alma, privándola de descanso o la paz” ?, mientras nos recuerda la revelación del salmista: “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación,” (Salmos 40:1-2 RVR1960). El pozo de la desesperación puede llegar a ser literalmente un pozo de ruido.

Estarás escuchando ruidos de ansiedad y temor, ruidos de desaliento y desesperación, ruidos de enojo y frustración, ruidos de amargura, de culpa y pena, ruidos de remordimiento, ruidos de posesiones, de responsabilidad por una nueva posición, ruido por lo desconocido, ruido de tareas pendientes.  Estos ruidos pueden ser aun de entretenimiento causado por pensar en las series y películas, música y noticias, deportes y videojuegos o de viajes y aventuras.

La suma de algunos de estos ruidos puede llegar a ensordecedora.

Sin embargo, Jesús ofrece algo diferente: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27 RVR1960). Esta es la paz que has experimentado durante los últimos años.

A través de este estudio, aprendí que los ruidos del alma pueden llegar a ser muy peligroso. Nos afectan físicamente provocando enfermedades y daños al cuerpo. También nos afectan espiritualmente. Un alma ruidosa refleja desvío o apartamiento de Dios. Comenzamos sintiendo un poco de alejamiento de Dios y terminamos viviendo día a día con la mirada desenfocada y ausente en Dios.

Entonces, ¿cuál es el remedio de Dios para el ruido en nuestra alma? —Mateo 11:28-30 nos revela las soluciones para callar estos ruidos: “Venid a mí” hace referencia a la orientación de nuestro corazón. Debemos decidir si ponemos la mirada en Dios o nos enfocamos en tratar de ser autosuficiente – Proverbios 3:5-8 dice: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos”.

Berg me dio un nuevo punto de vista al citar su “Nueva Versión Inversa” de Mateo 11:28-30. No trate de comprarla porque no existe. Es simplemente su idea de nuestra actitud en momentos que nos dejamos controlar por los ruidos de nuestra alma. Esta versión diría: “Evitadme a mí, todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os negaré descanso. Rechazad llevar mi yugo de compañerismo y permanencia, y negaos a aprender de mí para que lleguéis a ser como yo, y hallaréis ruido para vuestras almas”.

Aprended de mi” (Mateo 11:29) es estar dispuesto a ser gobernado—ser manso. No llames a Jesús “Señor” si no deseas entregar tu voluntad y ser señoreado por él. Gran parte del ruido en nuestra alma es causado por la lucha de recobrar el control de nuestras vidas.  Constantemente batallamos contra lo que creemos que nos limita.

Durante mi estudio de este libro tuve que confrontarme a mí mismo y entender que la lucha por el control es alimentada por el orgullo.  Berg describe el orgullo de la siguiente forma: “El orgullo se queja y llora; el orgullo vocera y exige; el orgullo discute y debate; el orgullo desea y toma; el orgullo grita y se venga; el orgullo echa la culpa y señala a otros; el orgullo codicia y cede; el orgullo manipula y maquina; el orgullo se empuja y se obsesiona; el orgullo se preocupa y se inquieta. El orgullo está lleno de prepotencia, autoprotección, autopromoción, autoconfianza y autoestima. El orgullo grita: “No lo haré . . .”; “Debo tener . . .”; “No tengo que . . .”; “No lo dejaré suceder . . .”; “No puedo soportar más . . .”; “No me gusta . . .” El “yo” es una fuente incesante de ruido—como un bebé hambriento no destetado sentado en el regazo de su madre (Salmo 131)”.

Hagámonos una última pregunta; ¿Estamos dispuestos a humillarnos, a ser “humildes de corazón”?

Porque Jesús, que es nuestro modelo para seguir, no vivía una vida centrada en Sí mismo. Él dijo: “Aprended de mí; Yo soy tu ejemplo”. Es necesario mantener un espíritu constante de arrepentimiento, un espíritu constante de dependencia, enseñable, obediente y un espíritu constante de servicio hacia los demás. Esto nos ayudara a crecer espiritualmente y los ruidos del alma se irán silenciando poco a poco.

El Maestro nos ofrece una nueva oportunidad cada día. Una oportunidad de venir a él para callar los ruidos en nuestra alma y así poder escucharle con claridad.

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Javier Quintana es el pastor principal de MAPS (Ministerio Apostolico Plantio Del Señor) en St. Louis, Missouri, y Solid Rock Community Church en Pontoon Beach, Illinois. También se desempeña como miembro de la Junta de Administración de la Iglesia Metodista Libre de EE. UU.