Ben Tolly
Por Ben Tolly
Muchos de nosotros tenemos una inseguridad sobre lo desconocido, y puede ser difícil para las personas quedarse con sus pensamientos sobre el futuro.
Cuando estaba en el último año de la escuela secundaria, me diagnosticaron una fractura en la espalda que terminó con mi temporada de baloncesto antes de que comenzara. Había sido nombrado capitán del equipo solo unas semanas antes. Ahora estaba lidiando con el conocimiento de que nunca pisaría la cancha para mi temporada de mi último año. En cambio, me sometería a una cirugía brutal, pasaría tres meses con un yeso en el cuerpo y me desplazaría por la escuela acostado en una silla de ruedas especial. Continuaría pasando otros seis meses con un aparato ortopédico para la espalda.
La víspera de mi cirugía, hablé con mis abuelos por teléfono. Comprensiblemente, estaba ansioso por lo que estaba a punto de enfrentar. Antes de terminar nuestra conversación, oraron por mí. Entonces mi abuela me dijo: “Benjie, Dios ya está en ese quirófano. Puedes depender de Él”. He llevado esas palabras de aliento a través de muchos momentos difíciles o reuniones con resultados desconocidos.
Los grandes eventos nos pueden intimidar, y la Conferencia General Metodista Libre es un gran evento lleno de incógnitas. Sin embargo, cuando se trata de reuniones especiales, especialmente una que solo ocurre una vez cada cuatro años, podemos optar por presentarnos dependientes de Dios y confiar en que Él ya está presente. Al confiar en Dios, participamos de una manera que nos conecta con Él y con los demás.
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«Dios ya está allí y listo para encontrarse con nosotros».
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Como decía mi abuela hace 37 años, es importante recordar que Dios ya está presente. Ya sea que nos reunamos para discutir, debatir, instruir, contemplar, orar, adorar o tener compañerismo, Dios ya está allí. No necesitamos traerlo con nosotros desde cualquier estado en el que vivamos o convocarlo a la reunión. En cambio, podemos entrar a la reunión con un sentido de expectativa y anticipación, sabiendo que Dios ya está allí y listo para encontrarse con nosotros. Como dice uno de nuestros versículos favoritos: “¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia?” (Salmo 139:7). Esto puede ser una gran fuente de consuelo y tranquilidad, especialmente si nos sentimos ansiosos o inseguros acerca de las tareas que tenemos por delante.
Haz tu parte
Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la Conferencia General 2023. Si bien es cierto que Dios es el enfoque principal de la CG23, eso no significa que cada uno de nosotros en lo personal no tenga un papel que desempeñar. Ya sea cantando, orando o simplemente estando presente y atento, nuestra participación única es importante. Al aparecernos y estar presentes, cada uno de nosotros demuestra la voluntad de ser parte de la comunidad Metodista Libre y de comprometerse con los demás. Esto puede ser especialmente significativo en nuestra sociedad en un momento en que tantas causas amenazan con fracturarnos. Estar en la sala, alabar y adorar a Dios juntos, escucharnos respetuosamente y respondernos unos a otros son partes importantes de la experiencia.
Esto requiere un corazón dispuesto. Como Henri Nouwen escribió, “La comunidad es ante todo una cualidad del corazón. Crece del conocimiento espiritual de que estamos vivos no para nosotros mismos sino unos para otros”.
Nuestro papel no es protagonizar, sino participar. Si bien puede ser tentador querer ser el centro de atención o asumir un papel de liderazgo en la reunión, eso no es necesariamente lo que Dios nos está llamando a todos a hacer. Autor y consejero Craig Lounsbrough ha dicho, “Nunca te engañes creyendo que tu agenda es lo suficientemente valiosa como para justificar de alguna manera la manipulación de las personas a las que deseas imponerla”.
En cambio, comencemos con el corazón de un siervo. Cada uno de nosotros debe enfocarse en ser un participante humilde y dispuesto, abierto a lo que Dios tiene reservado para nosotros. Esta puede ser una mentalidad difícil de adoptar para cualquiera de nosotros. Si tú eres un delegado o asistes al GC23, hay muchas posibilidades de que tú y yo estemos presentes porque somos vistos como líderes de alguna manera. A menudo estamos acostumbrados a tener el control o a hacernos cargo. Sin embargo, al dejar de lado nuestros propios deseos y agendas y confiar en Dios, podemos experimentar alegría, realización y un sentido más profundo de paz y satisfacción en la CG23.
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«Esto puede ser un poderoso recordatorio de nuestro lugar en el mundo y nuestra relación con Dios».
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Una hermosa verdad es que nuestra participación en la reunión nos conecta con Dios y entre nosotros. Al presentarnos y participar en la CG23, reconocemos de manera vibrante nuestra dependencia de Dios y nuestra necesidad de la comunidad ML. Esto puede ser un poderoso recordatorio de nuestro lugar en el mundo y nuestra relación con Dios. También puede ser una forma de conectarse con otras personas que están en un viaje similar, compartiendo experiencias y puntos de vista que pueden ayudarnos a todos a crecer en la fe y la comprensión. Si deseamos progresar en la misión que Dios nos ha encomendado, debemos comenzar cada día de nuestra vida con un nuevo anhelo de comunión con Dios y su pueblo.
Dios está siempre presente
De hecho, Dios ya estaba presente en ese quirófano para mí hace tantas décadas. La abuela tenía razón, como suelen tener las abuelas. El cirujano fue guiado de manera inspiradora para abordar los problemas existentes de los que no tenía conocimiento antes de abrirme. Saber que la presencia de Dios bendice de una manera tan tangible me ha permitido esperarlo regularmente con muchos momentos en los que entro sin conocimiento previo del resultado. Mi historia de la presencia fiel de Dios puede incluso despertar en tu memoria una historia personal similar de la presencia fiel de Dios. ¡Qué libro podríamos escribir juntos en esos momentos!
¿Estás conmigo? Pretendo presentarme dependiente de Dios para la CG23. Espero que sea una experiencia poderosa y transformadora. Al reconocer la presencia de Dios, participar de manera humilde y voluntaria y conectarnos con otros, podemos profundizar nuestra relación con Dios y experimentar el poder de la comunidad LM. Ya sea que estemos involucrados en la discusión, el debate, la instrucción, la contemplación, la oración, la adoración o el compañerismo, presentémonos con un corazón abierto y la voluntad de estar presentes, confiando en que Dios nos encontrará allí y nos guiará en nuestro camino.
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