Haley Mulholland

Haley Mulholland

Haley Mulholland se graduó en 2013 de la Universidad de Greenville, donde estudió comunicación y mercadeo. Es una especialista en comunicación independiente a la que le apasiona usar su amor por la escritura para alcanzar a las personas para Jesús. Haley y su esposo, Aaron, residen en Michigan con su hijo, Braxon, y su hija, Larkyn.

Por Haley Mulholland

Salmos 32:7–11

Tú eres mi refugio;
tú me protegerás del peligro
y me rodearás con cánticos de liberación.

 Yo te instruiré, yo te enseñaré el camino en que debes seguir;
yo te daré consejos y velaré por ti.
 No seáis como el mulo o el caballo,
que no tienen discernimiento,
y cuyo brío hay que domar con brida y freno,
para acercarlos a ti.
 Muchas son las calamidades de los malvados,
pero el gran amor del Señor
envuelve a los que en él confían.

¡Alégrense, ustedes los justos; regocíjense en el Señor!

¡canten todos ustedes, los rectos de corazón!

 

Un espacio seguro

En tiempos de incertidumbre, es parte de la naturaleza humana buscar un escondite. Ya sea que estemos lidiando con una pandemia, en medio de un huracán o en medio de una lucha personal, nuestros corazones necesitan algo para calmar la tormenta de preocupación y pánico dentro de nosotros. Anhelamos la comodidad de un espacio seguro y la tranquilidad de que todo va a estar bien.

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«Él quiere que tengamos plena confianza en que en Él todo estará bien».

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Cuando estaba leyendo este pasaje, mi mente inmediatamente se dirigió a mi hijo pequeño. Cada vez que se lastima o se asusta, su instinto es buscarme. No importa dónde estemos, quién más está alrededor o qué estemos haciendo, sus ojos escanean rápidamente la habitación y corre directamente hacia mí. Nunca le enseñé a hacer esto. Es simplemente su respuesta natural. Corre hacia mí en busca de consuelo porque soy su lugar seguro, su escondite.

¿Por qué como adultos olvidamos que todavía tenemos un padre al que podemos acudir? Esta respuesta infantil es lo que Dios desea de nosotros. Dios quiere que lo busquemos instintivamente durante tiempos inciertos. Cuando surjan problemas, Él espera que corramos inmediatamente hacia Él, sin importar dónde estemos, quién más esté alrededor o qué estemos haciendo. Él quiere que tengamos plena confianza en que en Él todo estará bien. En lugar de buscar consuelo en las cosas de este mundo, el deseo de Dios es que sea nuestro escondite.

Dios está con nosotros

Este salmo nos recuerda que Dios es nuestro escondite siempre presente, que nunca cambia, nuestra protección constante en tiempos inciertos. Como seguidores de Cristo, no somos inmunes a las pruebas y los problemas, pero tenemos la garantía de que Dios está con nosotros en cada paso del camino. No importa lo que enfrentemos, cuando ponemos nuestra confianza en Dios, Él está listo para rodearnos con un amor inquebrantable. Él amorosamente nos enseñará y nos aconsejará para que estemos preparados para enfrentar las luchas que sin duda encontraremos en esta vida. Dios ofrece Su protección gratuitamente pero no nos la obligará. Él desea que lo elijamos sin dudarlo. ¡La verdad de que Él está dispuesto a ser nuestro escondite debería hacernos querer cantar, regocijarnos y alegrarnos! Cualquier otra respuesta lamentablemente se quedaría corta.

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«¿Correr hacia Dios es tu primer instinto?»

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Así como mi hijo sabe que siempre estaré allí con los brazos abiertos, lista para rodearlo con mi abrazo reconfortante, podemos estar seguros de que Dios está constantemente dispuesto a rodearnos con su amor. ¿No es un pensamiento que nos hace humildes que el Dios del universo no solo esté dispuesto, sino que realmente desee ser ese escondite para nosotros? ¡Esa verdad es suficiente para hacerme querer regocijarme y cantar!

¿A qué o a quién tiendes a acudir en tiempos de problemas? ¿Correr hacia Dios es tu primer instinto? ¿Estás siendo terco y resistiendo las enseñanzas de Dios o te has apoyado en el amor y el consejo de Dios? ¿Has puesto tu completa confianza en el Señor y has hecho de Él tu escondite?

Permite que Dios sea ese espacio seguro para ti. En lugar de ceder a la preocupación y el miedo, pasa tiempo en oración. Acepta libremente su instrucción y amor. Corre a los brazos extendidos de Dios y confía en que Él es suficiente para protegerte y sostenerte. Con Él como tu escondite, puedes estar seguro de que todo estará bien.

Oración

Señor, gracias por Tu constante protección, instrucción y amor. Estamos asombrados de Tu deseo de ser nuestro consuelo en tiempos de problemas e incertidumbre. Solo tú eres digno de toda nuestra confianza y alabanza. Danos confianza para buscarte cuando anhelamos comodidad y seguridad. Cuando nuestros corazones necesiten algo para calmar la tormenta de preocupación y pánico dentro de nosotros, recuérdanos que Tú estás esperando con los brazos abiertos para abrazarnos con Tu amor. Gracias por ser nuestro escondite. En el nombre de Jesús, amén.+

Haley Mulholland

Haley Mulholland

Haley Mulholland se graduó en 2013 de la Universidad de Greenville, donde estudió comunicación y mercadeo. Es una especialista en comunicación independiente a la que le apasiona usar su amor por la escritura para alcanzar a las personas para Jesús. Haley y su esposo, Aaron, residen en Michigan con su hijo, Braxon, y su hija, Larkyn.