En honor a la tía Ruth

Por el obispo Matt Whitehead

Cada verano, cuando estaba en el penúltimo año de la escuela secundaria y desde los primeros años de la escuela secundaria, pasaba una semana en Pensilvania con la tía de mi padre, Ruth Whitehead. La tía Ruth pastoreó cuatro iglesias metodistas libres con su colaboradora, la reverenda Sue Jackson, de la conferencia Oil City (ahora KeyStone). Antes de su ministerio en Pensilvania, Ruth y su hermana, Grace, eran misioneras en las montañas de Kentucky.

La tía Ruth tenía la reputación de ser una predicadora, pastora y líder talentosa, pero le faltaba una cosa. No podía ser presbítera en la Iglesia Metodista Libre.

_

«Estaba claro que esta era la fuente de algún dolor para ella».

_

La tía Ruth falleció en 1974, el mismo año en que la Asociación General tomó la decisión de ordenar mujeres como presbíteras en la Iglesia Metodista Libre. En los últimos años de su vida, mi padre, el reverendo Leslie Whitehead, tuvo una conversación con ella acerca de nunca ser una presbítera ordenada. Estaba claro que esta era la fuente de algún dolor para ella. Ella contó la historia de estar en oración y derramar su corazón al Señor acerca de una iglesia que le permitiría ser misionera y pastora, pero no la ordenaría como presbítera. En ese momento, sintió que Dios le hablaba las palabras de Jesús, “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre” (Juan 15:16). En ese momento, Dios confirmó no solo su llamado al ministerio sino también su valor como sierva en el reino de Dios.

Aunque la Iglesia Metodista Libre no ordenó completamente a las mujeres hasta 1974, las mujeres han tenido roles clave en nuestra denominación desde el principio. Las mujeres fueron nombradas evangelistas, misioneras, predicadoras locales y diáconos. La conferencia Keystone (donde ministraba la tía Ruth) tiene 125 años este año y nunca ha tenido un solo año sin que se nombren mujeres.

Conocemos la pasión de nuestro fundador, B.T. Roberts, por la plena inclusión y ordenación de las mujeres. Su libro, “La ordenación de la mujer”, publicado en 1891, presenta un caso bíblico y razonado de por qué las mujeres deben ser ordenadas. Pero, al principio de la historia de nuestro movimiento, algunos líderes renunciaron a este valor clave, lo que nos hizo retroceder por generaciones. Esto creó un entorno orientado a los hombres que no solo restringió el uso de todos los dones disponibles, sino que también privó a la iglesia de poder beneficiarse de la contribución total de ambos hombres y mujeres.

En la sección Principios distintivos de nuestro Libro de Disciplina, declaramos nuestro apoyo incondicional a las mujeres en el ministerio:

“Los metodistas libres reconocen que Dios otorga dones espirituales de servicio y liderazgo tanto a hombres como a mujeres. Dado que tanto el hombre como la mujer fueron creados a la imagen de Dios, esa imagen se refleja más plenamente cuando tanto las mujeres como los hombres trabajan juntos en todos los niveles de la iglesia. Por lo tanto, todas las posiciones en la iglesia son accesibles a cualquiera que Dios haya llamado”.

_

«¿Por qué nos aferramos apasionadamente a esta posición teológica y la vemos como fundamental para lo que significa ser metodista libre?»

_

Al igual que con las Juntas de Obispos anteriores, la Obispa Linda Adams, el Obispo Keith Cowart y yo queremos aprovechar esta oportunidad para abordar este importante aspecto de lo que significa ser Metodista Libre. Creemos en el pleno empoderamiento y liderazgo de las mujeres en la Iglesia Metodista Libre. Este no es un tema discutible en nuestra denominación. ¿Por qué nos aferramos apasionadamente a esta posición teológica y la vemos como fundamental para lo que significa ser metodista libre?

Nuestra familia Wesleyana lo cree

Los miembros de nuestra familia teológica han pesado estos temas cuidadosamente y han llegado a la misma conclusión que nosotros: Dios llama tanto a mujeres como a hombres a servir en todos los niveles de liderazgo en la iglesia. Nos unimos a nuestras denominaciones evangélicas wesleyanas hermanas en la plena inclusión de la mujer en todos los niveles de la iglesia. La Iglesia del Nazareno, la Iglesia Wesleyana, la Iglesia de Dios (Anderson) y el Salvation Army, por nombrar solo algunos, también adoptan este entendimiento.

La Escritura lo confirma

Las Escrituras no prohíben que las mujeres tengan liderazgo en la iglesia. Los dos pasajes de Pablo (1 Corintios 14:33–34 y 1 Timoteo 2:11–12) citados con mayor frecuencia por los opositores al liderazgo de las mujeres en la iglesia, entendidos en su contexto histórico y cultural, no prohíben que las mujeres ejerzan liderazgo en la iglesia.

Recomiendo encarecidamente el excelente artículo del obispo emérito David Kendall, “Un Caso Bíblico para Mujeres en Liderazgo Ministerial”, para aquellos que deseen una comprensión más profunda de los textos bíblicos y el papel de la mujer. Esta declaración del artículo del obispo Kendall resume elocuentemente la perspectiva de la Iglesia ML:

“Algunas personas me han dicho que simplemente no pueden ‘pasar por alto’ lo que Pablo dice en estos dos pasajes. Por mi parte, y la comprensión de la Iglesia ML, no podemos pasar por alto lo que parece sugerir toda la historia, a saber, que las limitaciones de las mujeres en la historia humana son en su mayoría el resultado del pecado y su quebrantamiento, que en el principio Dios creó el hombre y mujer como co-administradores y co-fideicomisarios del mundo que Él creó, que el pecado arruinó estas y todas las demás relaciones resultando en una aflicción y un mal horrendos, sobre todo en las mujeres a manos de hombres que se enseñorean de ellas y abusan de ellas, y que la redención en Cristo Jesús deshace este pecado y su daño”.

La experiencia lo demuestra

Ver a mujeres dotadas ministrar y liderar es otro ejemplo en tiempo real de que Dios ha derramado Su Espíritu sobre toda carne. Servir en equipos ministeriales con mujeres y hombres no solo ha sido un privilegio, sino que he visto que hemos logrado mucho más de lo que podría lograr un equipo de un solo género.

BT Roberts implora tanto a mujeres como a hombres que trabajen juntos para la expansión del reino de Dios mientras les recuerda a los hombres que no eludan el llamado de Dios. “Es mejor que los hombres se ocupen en construir el templo de Dios, en lugar de emplear su tiempo en empujar del patíbulo a sus hermanas, que pueden y están dispuestas a trabajar con ellas codo con codo” (La ordenación de la mujer).

_

«Damos fe de que la Junta de Obispos es mejor y más fuerte porque tenemos voces tanto femeninas como masculinas en la mesa de liderazgo de la Iglesia Metodista Libre».

_

Ser parte de esta Junta de Obispos con la Obispa Linda Adams ha sido increíblemente gratificante. La obispa Adams es una líder dotada, sabia y perspicaz. Damos fe de que la Junta de Obispos es mejor y más fuerte porque tenemos voces tanto femeninas como masculinas en la mesa de liderazgo de la Iglesia Metodista Libre.

La proclamación lo exige

El evangelio es demasiado precioso y la eternidad es demasiado grande para excluir a la mitad de la población simplemente porque son mujeres. María Magdalena ha sido llamada la primer apóstol porque Jesús le dijo que fuera y les dijera a los discípulos que Jesús estaba vivo:

Jesús dijo: “Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes”. María Magdalena fue a darles la noticia a los discípulos. ¡He visto al Señor!, exclamaba, y les contaba lo que él le había dicho (Juan 20:17-18).

El pastor Rick Warren, fundador de la Iglesia Saddleback y autor de “Una vida con propósito”, emitió recientemente una proclamación y una disculpa a las mujeres por su oposición pasada a la ordenación de mujeres. En su notable declaración, Warren escribió:

“PIDO DISCULPAS PÚBLICAMENTE a todas las buenas mujeres en mi vida, iglesia y ministerio por las que no pude hablar en mis años de ignorancia. Lo que me duele es que les impedí obedecer el mandato de la Gran Comisión (y Hechos 2:17-18) que TODOS deben ENSEÑAR en la iglesia. Les impedí usar los dones espirituales y las habilidades de liderazgo que el Espíritu Santo había puesto soberanamente en ellas. Eso me rompe el corazón ahora, y estoy verdaderamente arrepentido y apenado por mi pecado. Ojalá pudiera hacerlo todo de nuevo. Mujeres cristianas, ¿podrían perdonarme?”

_

«Dios confirmó su llamado y le recordó que ella fue escogida por Dios«.

_

No creo que nadie se disculpó con mi tía Ruth porque la Iglesia Metodista Libre estaba dispuesta a usar su increíble talento, pero no estaba dispuesta a ordenarla como presbítera. Afortunadamente, Dios confirmó su llamado y le recordó que ella fue escogida por Dios.

Debemos continuar proclamando este valor fundamental del papel igualitario de la mujer en nuestra iglesia. Alentaremos a las mujeres y niñas jóvenes a que Dios está llamando activamente tanto a mujeres como a hombres al servicio de Dios. Que Dios nos ayude a ser fieles a las tías Ruth de nuestros días y a la pasión de nuestros fundadores metodistas libres.

+