Jeff Finley

Jeff Finley

Editor Ejecutivo de Luz y Vida

Jeff Finley es el editor ejecutivo de esta revista. Es miembro de la Iglesia Metodista Libre John Wesley, de la que su esposa, Jen, es la pastora principal.

por Jeff Finely

¿Por qué está LUZ Y VIDA sacando a la luz una edición sobre la “sexualidad santificado” en un momento cuando nuestro mundo está experimentando los devastadores efectos de la pandemia de COVID-19? Con algunos de nuestros amigos enfermos y otros muriendo por el coronavirus uniéndose a los millones que repentinamente se ven desempleados, ¿por qué estoy escribiendo un artículo que trata del sexo?

Para ser honestos, mi lado periodístico preferiría descartar por completo el tema planeado y enfocarme completamente en el coronavirus –algo que está en primera fila en mi mente en estos días, como estoy casi seguro que en la tuya también. Sin embargo, la verdad es que esta revista es publicada por el departamento de comunicaciones de la Iglesia Metodista Libre – USA que ha dado a conocer activamente la reacción de la iglesia al coronavirus. Nuestros obispos han creado artículos y videos que se pueden encontrar en fmcusa.org/covid19, y en la página de Facebook de nuestra denominación. Los pastores y otros Metodistas Libres han creado videos de oración que se pueden encontrar en fmcusa.org/forthistime, y en el Facebook del Director de Comunicaciones, Brett Heintzman, el editor de esta revista, organizo Live Stream for Awakening (Plataforma de Stream en Vivo), con J. D. Walt y David Thomas de Seedbed (Surco), para promover la oración más intensamente para el despertamiento, motivado por nuestra actual situación global.

Aun cuando la pandemia nos obligó a decidir publicar exclusivamente en línea por el momento, el equipo LIGHT + LIFE también eligió continuar nuestra lista de temas programada regularmente para 2020. De hecho, el mensaje de «sexualidad santificada» puede ser más relevante ahora que nunca.

A medida que los aspectos típicos de la vida diaria se detienen debido a este virus mortal, muchas personas están viendo películas y programas en Netflix y otros servicios de transmisión que ofrecen mucho sexo, pero poca santificación. Los sitios web de noticias ofrecen señales de que los pecados sexuales persisten mientras luchamos contra COVID-19.

Según reportes, aparentemente los hackers han interrumpido las llamadas de Zoom – incluyendo una reunión de una escuela primaria – al mostrar imágenes pornográficas.

El sitio de noticias Balkan Insight reportó “grandes números anormales de infectados y fallecidos por el COVID-19” en una pequeña comunidad rumana conocida por el tráfico humano, y, aquí en los Estados Unidos, la estación de TV WLOS, de Carolina del Norte reportó su preocupación de que la pandemia desemboque en que personas vulnerables sean “sometidas al sexo u otras actividades por dinero”, por traficantes de humanos.

El Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York produjo noticias de ocho columnas al publicar un consejo relacionado con el coronavirus que incluía la frase: “Tú eres tu pareja sexual más segura”.

En redes sociales, veo a personas que apoyan o comparten publicaciones de blogs que critican a una Universidad cristiana por un orador en su servicio de capilla que compartió hace un par de meses cómo su conversión lo motivó a buscar el celibato en lugar de actuar sobre su atracción de personas de su mismo sexo.  He escuchado a este orador en persona, y creo que ofrece una perspectiva valiosa que es probable que muchos estudiantes no escuchen en otra parte.

Probablemente no te sientas muy cómodo de que haya mencionado estos dos ejemplos juntos, porque algunos han sido vistos por muchas personas como actividades inocuas o positivas a la vez que casi todos coincidirán en que es incorrecto colocar imágenes pornográficas en algún video de una reunión de alguien más, o secuestrar y forzar a alguien a la prostitución.

Es engañoso saber cómo estimular a las personas a practicar la sexualidad santificada sin verse como fanáticos, faltos de amor, o selectivos sobre cuáles pecados vamos a condenar. En algunos escenarios, puede ser fácil criticar la actividad homosexual, pero no hablar en contra del acoso heterosexual, promiscuidad, o el uso de pornografía.

En las décadas pasadas hubo varios cristianos de alto perfil que invitaban a otras personas a salir de los pecados sexuales, pero luego ellos mismos fueron sorprendidos en los pecados sexuales; esta hipocresía provoca que la gente se aleje de la iglesia. La situación sería diferente si siguiéramos la instrucción de Jesús: “¿Cómo puedes decirle a tu hermano, ´déjame sacarte la astilla del ojo´ cuando ahí tienes una viga en el tuyo? ´ ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano” (Mateo 7:4-5).

El movimiento #metoo condujo al movimiento #churchtoo que exponía el abuso sexual en la iglesia y a un intento de parte de algunos líderes cristianos, de encubrir el abuso. Estos líderes no pudieron obedecer Efesios 5:11: “No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas”.

Si vivimos una vida santificada, no debemos avergonzarnos de revelar el lugar en el que estamos en los asuntos claves de nuestro tiempo – incluyendo la sexualidad. La edición de este mes contiene el primero de una serie de documentos de posición que brindan una perspectiva metodista libre bien investigada sobre temas importantes.

Este número también comparte la historia de un pastor que escapó del tráfico humano y otro pastor que venció la adicción a la pornografía. Unámonos y evitemos “cualquier clase de inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios” (Efesios 5:3).+

Jeff Finley

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Editor Ejecutivo de Luz y Vida

Jeff Finley es el editor ejecutivo de esta revista. Es miembro de la Iglesia Metodista Libre John Wesley, de la que su esposa, Jen, es la pastora principal.