Un pastor pionero y guerrero de oración

Por Andrew Gardner

El pastor Frank Mitchell, uno de los pioneros de la Iglesia Metodista Libre del Reino Unido, se fue a estar con el Señor el 30 de septiembre de 2023.

La amada esposa de Frank, Jean, a menudo se refería a él como “el Reverendo Mitchell”, lo que le otorgaba gracia y dignidad especiales y enfatizaba el profundo sentido de llamado que compartieron a lo largo de sus vidas juntos.

Frank era un ministro metodista que, junto con otros colegas, tuvo una dolorosa y triste separación de la iglesia de su patrimonio. La Iglesia Metodista del Reino Unido había adoptado la teología liberal de principios del siglo XX. Sin embargo, muchos metodistas evangélicos que habían crecido con esta teología liberal se aferraron a su posición ortodoxa sobre la Biblia y a su compromiso evangélico de servir a Cristo como su Salvador, Señor y Dios. Pero en la década de 1960 se produjo un resurgimiento de lo que algunos llamaron “modernismo”. Esto se expresó trágicamente a través de ministros cristianos y predicadores laicos que negaron en público la resurrección histórica de Jesús y el nacimiento virginal.

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«Fue un paso de fe costoso y significativo para ellos y sus familias».

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¿Qué hacer? Frank, junto con sus colegas y líderes laicos, oraron fervientemente para que Dios les mostrara el camino correcto a seguir. Llegaron a la conclusión de que, por el bien de la próxima generación, abandonarían la Iglesia Metodista para establecer iglesias evangélicas que mantuvieran su patrimonio wesleyano.

Uno de ellos, el reverendo Ron Taylor, tenía vínculos con Victor Trinder, el entonces representante metodista libre en Irlanda del Norte, quien nos puso en contacto con la Iglesia Metodista Libre de EE. UU..

Junto con Frank Mitchell y Barry Walton, esta “Banda de los Tres”, ahora exministros metodistas, pasó horas trabajando en lo que significaría liderar las cinco nuevas iglesias que habían establecido en la familia Metodista Libre. En el metodismo libre, vieron la oportunidad de liderar a la gente en un ambiente ortodoxo mientras continuaban con su preciado derecho de nacimiento del metodismo wesleyano.

Los ministros que abandonaron el metodismo experimentaron poca atención por parte de su iglesia madre. Tuvieron que abandonar rápidamente sus casas parroquiales y perder sus derechos de pensión y sus salarios. Fue un paso de fe costoso y significativo para ellos y sus familias.

Teólogo, evangelista, pastor, hombre de familia

De los tres hombres, Frank era el teólogo. Académico, profesor de Biblia, evangelista y pastor, dirigió un grupo de cristianos en Heysham, noroeste de Inglaterra, Reino Unido. (Heysham es un pequeño pueblo con magníficas vistas de las montañas del Distrito de los Lagos de Inglaterra a través de una hermosa bahía). Al principio, la iglesia se reunía en un alojamiento alquilado. Luego compraron una casa grande con una sala de reuniones en la planta baja y un apartamento arriba para la familia Mitchell. La iglesia creció hasta convertirse en una comunidad de más de 100 personas. Finalmente compraron un terreno y construyeron una iglesia moderna, milagrosamente libre de deudas. Incluso llegaron a nombrar la carretera que conduce a la colina hasta las nuevas instalaciones: ¡Camino Emmaus!

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«Frank nunca perdió de vista la necesidad de mantener fresco su pensamiento y leyó teología hasta casi su muerte a la edad de 95 años».

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Aquí, Frank fue un ministro fiel y muy querido durante más de 25 años, tiempo durante el cual fue uno de los patriarcas del movimiento Metodista Libre en Inglaterra, sirviendo en juntas ministeriales y comités de ética. Él y los otros ministros patriarcas a principios de la década de 1970 encabezaron un movimiento en Inglaterra que hoy incluye más de 40 iglesias en todo el país.

Frank nunca perdió de vista la necesidad de mantener fresco su pensamiento y leyó teología hasta casi su muerte a la edad de 95 años. Durante su jubilación, tuvo un importante ministerio de predicación itinerante y continuó siendo un gran estímulo para los pastores a los que había mentoreado

Frank confesó que debido al profundo amor que sentía por su patrimonio, “pensaba en himnos”. En su funeral y servicio de acción de gracias el viernes 20 de octubre, cantamos algunas de sus canciones favoritas, como “En todo el camino, mi Salvador me guía, ¿qué más tengo que pedir?” y “Todo a Jesús le entrego. … Lo entrego todo”.

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«Honraron el gran impacto de la sabiduría, el aliento y la amistad de Frank durante muchos años».

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En este servicio, algunos de los hombres a los que había asesorado trajeron homenajes. Honraron el gran impacto de la sabiduría, el aliento y la amistad de Frank durante muchos años.

El hijo de Frank y Jean, Andrew, él mismo pastor, describió a su padre como “un esposo devoto, un padre amoroso, severo y atento, y un abuelo lleno de diversión” que estaba listo para rodar por el suelo fingiendo sufrir mil muertes dramáticas. ¡ya que su “juego de guerra” le salió mal y sus nietos lo obligaron a ceder!

Vivo en Cristo

Tenemos el privilegio de haber conocido a Frank quien, a la edad de 95 años, está más vivo que nunca en la presencia gloriosamente resucitada de Cristo. Pablo escribió a la iglesia de los Tesalonicenses en 1 Tesalonicenses 4:17-18: “Y así estaremos con el Señor para siempre. Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras”.

Nuestro más sincero agradecimiento a Frank por entregarse desinteresadamente para garantizar que la verdad del evangelio pudiera compartirse con tantas personas. Oramos por Jean para que conozca la cercanía de Dios y que Él fortalezca su espíritu en estos próximos días.

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