Brett Heintzman

Brett Heintzman

Director de Comunicaciones de Luz y Vida

Brett Heintzman es el editor de LUZ Y VIDA a través de su rol como director de comunicaciones de la Iglesia Metodista Libre – USA, a la que sirve también como subdirector del Ministerio Nacional de Oración. Visita freemethodistbooks.com para adquirir sus libros: “Becoming a Person of Prayer”, “Holy People”, “Jericho: Your Journey to Deliverance and Freedom” y “The Crossroads: Asking for the Ancient Paths”.

por Brett Heintzman

¿Cuál es la “situación sentimental” de tu iglesia con el evangelismo? ¿Está casada, soltera, saliendo o “es complicado”? Me gustaría que consideráramos que, para muchos de nosotros, realmente es complicado.

Es cierto que tenemos razones para sentirnos así. Tratamos de implementar programas, eventos y mensajes interesantes y creativos. Estudiamos y ministramos sin cesar; sin embargo, algunas personas dejan la iglesia o pierden el interés. Parece que luchamos por el tiempo y la atención de la gente y, a menudo, somos como un niño que queda en último lugar cuando se forman los equipos en la escuela.

Además, estamos inundados de mensajes que nos dicen que nuestro mundo se ha vuelto cada vez más hostil hacia el cristianismo, que los miembros del clero reciben menos respeto que en décadas pasadas, y que vivimos en una era poscristiana. Eso no es muy esperanzador. Todo esto complica nuestra relación sentimental con el evangelismo. Nos gustaría “invitarlo a una cita”, pero siempre parece terminar en rechazo.

Después de todo, nos conviene quedarnos “solteros”. Las iglesias “solteras” no tienen que preocuparse por la burla del rechazo que enfrentamos cada vez que nos atrevemos a mostrar interés en el evangelismo. Ser solteros es menos riesgoso. Ser solteros es predecible. Como somos una iglesia soltera, podemos tener nuevos compañeros de cuarto. Los aceptaremos si nos encuentran, pero no estamos en busca de una relación. No, señor.

Algunas iglesias están dispuestas a “salir” con el evangelismo. Estas iglesias no tienen miedo de invitar al evangelismo a una buena cena. Ya sabes, como una noche maravillosa en la ciudad, pero realmente no hay compromiso. De vez en cuando, el evangelismo y la iglesia hacen una gran fiesta para toda la cuadra, sin presión, sin expectativas. Pero no nos entusiasmemos demasiado. Solo estamos aquí para pasarla bien. Nos caemos bien y eso es suficiente. No estamos hablando de mudarnos juntos ni de un compromiso a largo plazo. Después de todo, queremos espacio en nuestras vidas para “salir” con otros ministerios.

Cada vez que las iglesias “solteras” o las iglesias que “salen” con el evangelismo dejan que las cosas se pongan demasiado serias, su relación con el evangelismo siempre termina siendo complicada. ¿Qué funciona ahora? Ya nadie quiere una cruzada como las de Billy Graham, ¿verdad? ¿O sí? Tratar de averiguar qué cambios están sucediendo en la cultura, cómo está cambiando nuestra demografía, o qué están haciendo los baby boomers, los baby busters, la generación X o los mileniales es agotador. Y cuando los logramos analizar y creemos tener claro lo que está pasando, ¡todo cambia de nuevo! Si decimos lo incorrecto a la persona equivocada en el momento equivocado, seguro alguien se enojará con nosotros.

¿Ves? Es complicado. ¿Cómo desenredamos la complicada maraña de nuestra relación con el evangelismo?

Bueno, nos casamos con él.

Acercarnos a él y compartir intimidad es la única manera de resolver nuestra complicada relación con el evangelismo.

El matrimonio es una relación de amor. Una relación de pacto. Una relación de compromiso total. Una relación de multiplicación. Cuando una iglesia está casada con el evangelismo, se descubre el amor mutuo. Ya no tememos el rechazo porque compartimos el amor. Aprendemos que ser “solteros” es como enterrar el talento de nuestro Maestro y negarnos a correr riesgos. Cuando lo devolvemos sin intereses o ganancias, es porque fuimos malvados y perezosos. Las iglesias que “salen” con el evangelismo entran en un juego de coqueteo, y esa no es manera de vivir y ministrar en una comunidad. Nuestros pueblos, ciudades y aldeas no necesitan que la iglesia coquetee con ellos; necesitan amor.

Cásate con el evangelismo, y aprenderás a ver a la gente, no a la demografía. Cuando amemos el evangelismo, nuestra familia crecerá. Daremos la bienvenida a los adoptados y los abrazaremos como nuestras propias hermanas y hermanos. Nuestro amor por el evangelismo y la familia que nace de él nunca pasará, y siempre tendremos un asiento disponible en la mesa para nuevos familiares.

¿Cuál es la relación de tu iglesia con el evangelismo? ¿Están saliendo, se preparan para una vida de soltería, “es complicado” o están casados?

+ 

Brett Heintzman

Brett Heintzman

Director de Comunicaciones de Luz y Vida

Brett Heintzman es el editor de LUZ Y VIDA a través de su rol como director de comunicaciones de la Iglesia Metodista Libre – USA, a la que sirve también como subdirector del Ministerio Nacional de Oración. Visita freemethodistbooks.com para adquirir sus libros: “Becoming a Person of Prayer”, “Holy People”, “Jericho: Your Journey to Deliverance and Freedom” y “The Crossroads: Asking for the Ancient Paths”.