¿Pueblo de Santidad o Pueblo Santo?

por Brett Heintzman

Tú no puedes ser una mariposa y evitar la crisálida.

Imagínate a una oruga declarando que es una mariposa, “pertenezco a la familia de las mariposas” se vanagloria. “Ellas y yo somos lo mismo”. En un sentido, está en lo cierto – ya que las mariposas son orugas, y todas las orugas pueden convertirse en mariposas. Pero – aquí está el problema – tú no puedes ser una mariposa si evitas a la crisálida.

Ahora imagina que nuestra oruga va a una tienda local de disfraces y se compra un disfraz de mariposa. Introduce su robusto cuerpo tubular en la estrecho y delgado disfraz y se ata las alas de poliestireno infladas. ¡Qué escena! Este bulto largo de innumerables patas ni siquiera puede reptar con gracia, como siempre, oprimido por el ajustado disfraz. Es un fraude. En su interior está todo el potencial de una mariposa, pero luego tenemos toda esa cuestión de la crisálida. No puede volar, no se mueve con gracia, y no se ha deshecho de lo viejo a la luz de lo nuevo – ha rechazado la clave de la transformación. 

¿Somos orugas con disfraz de mariposa, o somos mariposas?

¿Somos “un pueblo de santidad”, o somos un pueblo santo?

 “Aquí se encuentra”, dice B. T. Roberts, “una de las fallas de las muchas de que se nos enseña sobre la santidad en estos días. Trata de que ellos sean mejores, sin decirles cómo ser mejores. Pone gran presión en que hagan cosas santas, sin insistir en que ellos sean santos. Se requiere de los hombres lo práctico de ser cristiano, sin que se les enseñe que deben tener una experiencia interior”.

Roberts está hablando de crisálidas – el punto inevitable del pasaje de la transformación. Es el intercambio del viejo yo por el nuevo por medio de las crisis y los procesos espirituales. — durmiendo activamente, agresivamente silentes, trabajando del seno del nuevo nacimiento.

Amigos: ¿Somos un pueblo santo de palabra, pero no un pueblo santo en la vida y en la acción? ¿Arrojamos agua salada como si fuera agua dulce, como leemos en Santiago 3, pretendiendo que es apropiado hacer fluir de las dos, al mismo tiempo, de la misma fuente?

De manera asombrosa, la crisálida se encuentra en el interior de la oruga. Mientras prepara un nido desde el cuál colgar y extender su piel, se entrega al propósito para el que fue creada y nacida. Dentro de cada oruga se encuentra la semilla de la transformación esperando desempeñar su rol. Exactamente en la misma manera, la semilla de la transformación está dentro de cada uno de nosotros, lista para enrolarse para que podamos remover el viejo yo y rendirnos a la metamorfosis de un nuevo nacimiento, Dios nos hizo, después de todo, no el enemigo. Somos hechura de Dios – Sus manos nos formaron desde el polvo para santidad – no del diablo. Nosotros no fuimos creados como instrumentos de pecado, sino ¡más para una vida mejor!

El pueblo de santidad tiene una asociación basada en un contrato con un credo, pero el pueblo santo son los hijos de Dios – renacidos y transformados – habiendo muerto al viejo yo y emergiendo al nuevo. Nuestras palabras y hechos reflejan a nuestro Creador, Su Hijo, Jesús, y el Espíritu Santo – no llevan un disfraz, sino una cruz. El pueblo santo es lo mejor.

+