Jeff Finley

Jeff Finley

Editor Ejecutivo de Luz y Vida

Jeff Finley es editor ejecutivo de Luz y Vida. Es miembro de la Iglesia Metodista Libre John Wesley, donde su esposa, Jen, es la pastora principal.

por Jeff Finley

La Justicia está en estos días por todas partes.  No estoy diciendo que se haya alcanzado una justicia generalizada. Un rápido vistazo a las noticias revela que muchas personas aún no han aprendido que “los que siembran injusticia cosecharán desgracia” (Proverbios 22:8, NTV). Quiero decir que la palabra justicia cada vez aparece en páginas de revistas, mantas de protesta, cubiertas de libros y en redes sociales. Según Merrian-Wesbster, en este momento la justiciase encuentra en los primeros lugares del 1% de las palabras.

Distintas personas discuten y promueven diferentes clases de justicia: “justicia criminal”, “justicia equitativa”, “justicia abierta”, justicia procesal”, “justicia organizacional”, “justicia espacial”, “justicia restaurativa”, “justicia retributiva”, “justicia ambiental”, “justicia económica”, “justicia moral”, “justicia tradicional”, “justicia transicional”, etc. En tanto, los autores cristianos fabrican casos para competir por la razón para que sus colegas creyentes deben o no deben utilizar la frase “justicia social”, y si ese concepto es consistente con “justicia bíblica” o “justicia espiritual”.

En medio de todo este discurso sobre la justicia, algo debe estar faltando. Yo rara vez veo o escucho que se mencione o se demuestre el amor en la discusión de temas relacionados con la justicia, y eso aplica a demasiadas personas que proclaman su fe en Dios. Una lectura de 1 Juan 4 es necesaria, ya que a los seguidores de Dios se les ordena amarse unos a otros, “porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor” (vrs. 7-8). 

Cuando otras personas cuestionan nuestra búsqueda de la justicia, ¿respondemos con rudeza o de manera condescendiente? Cuando otras personas hablan con frecuencia sobre la justicia, ¿nos burlamos de ellos como “luchadores por la justicia social”? Si nuestra consideración de la justicia acarrea animosidad hacia otros, podemos estarnos olvidando que “Si alguien afirma: ‘Yo amo a Dios’ pero odia a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto” (v. 20). 

A Dios gracias, el punto de vista de la Iglesia Metodista Libre trasciende los límites de la justicia. Los valores centrales de la denominación, que han sido resumidos en El Estilo Metodista Libre, incluyen la justicia impulsada por amor. 

El amor es nuestra manera de demostrar el corazón de Dios por la justicia al evaluar la imagen de Dios en todos los hombres, mujeres y niños, actuando compasivamente hacia los oprimidos, que resisten la opresión, y administrando la creación. 

Nos comprometemos con las profundas convicciones de nuestros fundadores sobre cuestiones de injusticia al tomar posición en contra de los males de la esclavitud, la opresión de los pobres, la marginación de las mujeres, y el abuso del poder de la iglesia. Nuestro corazón por la justicia continúa y se expande en nuestro tiempo, impulsado por el santo amor de Dios por los no nacidos, los vulnerables, oprimidos, marginados, y personas de todas las razas y etnias. 

El Estilo Metodista Libre no es sólo para construir una mejor sociedad, sino de que todos sean reconciliados con Dios y los unos con los otros, de tal manera que reflejen el carácter justo de Dios 

Este mes, el Obispo Matt Whitehead comparte con los lectores de Luz y Vida que los Metodistas Libres rechazan el concepto antibíblico de iglesias que sólo se enfocan en evangelismo o en la acción de compasión. Él nos ayuda a entender que la Biblia vincula la rectitud y la justicia, y la justicia de Dios es “impulsada por amor santo”.

El Departamento de Misiones Metodistas Libres y el Set Free Movement (Movimiento de Liberación) son impulsados por este amor santo. Los misioneros Metodistas Libres esparcen el evangelio y, en las palabras del Director de Defensa de la Iglesia Global, Gerald Coates: “plantar iglesias que lleven sanidad, santidad y justicia a la comunidad”. El Movimiento de Liberación está tratando de detener el tráfico humano y liberar cautivos, desde los de las calles de Bulgaria, hasta los clubes nocturnos del Medio Oeste. Luz y Vida está agradecida de tener a Kevin Austin, el director del movimiento, que nos provee de su perspectiva sobre cómo la justicia impulsada por amor es esencial para exterminar la esclavitud de nuestros tiempos.

Algunos Metodistas Libres invierten en la comprensión racial y la reconciliación con la ayuda de la guía de discusión de “The Love Required of Us” (El Amor que se Requiere de Nosotros). Para el artículo de ERESML de este mes, tuve la bendición de entrevistar a la autora Liz Cornell, junto con otras personas que se han beneficiado de este importante libro.

Como autor del autor de Punto Focal de este mes, el Pastor Peter Chin, ha experimentado la reconciliación racial y otras formas de justicia impulsada por amor, sus esfuerzos ministeriales han desembocado en entrevistas con los principales medios noticiosos. También contribuye periódicamente con Nuestro Pan Diario y otras publicaciones importantes, como Christianity Today y Relevant. Estamos agradecidos de que el Pastor Chin escriba para Luz y Vida sobre cómo el encuentro de Zaqueo con el amor de Jesús lo cambia de ser un corrupto cobrador de impuestos a un generoso practicante de la justicia.

Independientemente del adjetivo que le podamos añadir a la justicia, pidámosle al Espíritu Santo que nos guíe y nos guíe a actuar en compasión por las personas que necesitan justicia y rectitud. Como lo explica Brett Heintzman, la compasión “es el fruto espiritual que proviene del tierno corazón de Dios”.

¿A dónde te dirige el amor santo en busca de justicia? Si no estás seguro, toma un momento y pide al Señor te revele oportunidades de esparcir rectitud y justicia. Después de todo: “El Señor ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de su amor.” (Salmo 33:5).

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Editor Ejecutivo de Luz y Vida

Jeff Finley es editor ejecutivo de Luz y Vida. Es miembro de la Iglesia Metodista Libre John Wesley, donde su esposa, Jen, es la pastora principal.